La gestión emocional como bandera del liderazgo organizacional

Según el reconocido psicólogo, periodista y escritor estadounidense Daniel Goleman:

“Las personas con habilidades emocionales bien desarrolladas son más proclives a ser efectivas en su vida, pues dominan los hábitos de su mente que fomentan su propia productividad. Las personas que no pueden controlar su vida emocional mantienen luchas internas que sabotean su capacidad de trabajar con atención y una mente limpia”.

Desde nuestra experiencia como consultora de empleabilidad y capacitación en habilidades técnicas y socioemocionales, hemos logrado comprobar que “el coeficiente intelectual es -sin lugar a dudas- el gancho que atrae a los(as) reclutadores(as), pero es el desempeño socioemocional la barra que realmente lo sostiene”.

En este sentido, es fundamental decir que el papel lo aguanta todo, las acciones no, por ello en el tema de las entrevistas es tan importante afinar el oído, la mirada e incluso la intuición sobre los(as) entrevistados(as), así como considerar la gran relevancia que poseen las pruebas psicológicas, pues no es el deseo de nadie “contratar a alguien por quien parece ser y terminarle despidiendo por quien realmente es”.

Desafortunadamente ni en el entorno cultural, familiar o académico nos educan sobre nuestra emocionalidad, en especial cuando del manejo del fracaso y la frustración se trata.  Esto trae como consecuencia, que lleguemos desorientados(as) al mundo organizacional y que al primer desafío: actuemos desde el impulso,  nos cueste manejar la objetividad, nos tomemos personal las críticas, suframos síndrome del impostor, tengamos problemas de autodiálogo y en especial, que nos cueste ser líderes o ser liderados, porque para que ello ocurra, el primer paso es liderarnos a nosotros(as) mismos (as) y es de aquí de donde parte el problema, de la falta de conocimiento propio. 

Si lo miramos a profundidad, las personas desean trascender, ser influyentes, ganar reconocimiento, pero sin la gestión emocional adecuada ello se puede hacer cada vez más cuesta arriba. 

La buena noticia, es que nunca es muy tarde, ni demasiado temprano para conocer y gestionar nuestras emociones. Nos hemos convencido de que hay un conjunto de habilidades que provienen directamente de la gestión correcta de ellas y que en definitiva, son las que determinan por qué en igualdad de condiciones, unas personas actúan de una forma inoportuna y otras -por el contrario-, se hacen merecedoras del éxito personal y laboral.

Así que si tú deseas abanderarte de una gestión correcta de tus emociones para vivir en un ambiente laboral saludable te compartimos estas 4 recomendaciones:

  • Cambia la creencia de que hay emociones negativas, porque no las hay, lo negativo es estancarse en lo que genera una emoción sin saberlo gestionar y soltar.
  • Para gestionar una emoción, primero identifica qué sientes, luego ponle nombre o   etiqueta a la emoción, no la reprimas, vívela (cuidando siempre las líneas de la consciencia y el respeto hacia las otras personas), por último suéltala y pasa la página.
  • Cuestiona tus pensamientos antes de actuar, pero no bloquees tus emociones, porque no hay nada en el mundo que sea 100% racional, pues hasta el cerebro está compuesto por 3 cerebros de los cuales uno, se rige por las emociones (el cerebro límbico). Se trata de buscar el equilibrio.
  • Práctica el autodiálogo positivo y técnicas de respiración para relajarte y canalizar la ansiedad.

Recuerda esto: las personas estamos hechas de emociones y eso no nos hace débiles, por el contrario, nos regala demasiada libertad y diversidad que hay que saber cuidar y potenciar. Por ello, te recomendamos aprender y practicar lo más que puedas sobre gestión emocional y que posteriormente, puedas replicarlo en tus equipos de trabajo, porque te aseguramos que las emociones bien gestionadas, conducen a la salud mental que garantiza esos resultados exitosos deseados en las empresas.

Kervy Lorena Escobar
Asesora de comunicación estratégica y persuasiva
Consultora Mi Búsqueda

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